La Corte Suprema de Alabama en los Estados Unidos ha dictaminado que los embriones humanos congelados constituyen niños según la ley estatal, una decisión que podría tener amplias repercusiones en la fertilización in vitro y otras cuestiones médicas.
En su fallo de 8 contra 1, el tribunal compuesto por nueve jueces declaró que la “Ley de Muerte Injusta de un Menor” del estado es “amplia e incondicional”, y que sus disposiciones se extienden “a todos los niños no nacidos, independientemente de su ubicación”.
Esta Ley “se aplica a todos los niños, nacidos y no nacidos, sin limitación. No es función de este tribunal establecer una nueva limitación basada en nuestra propia visión de lo que es o no es una política pública sabia. Esto es especialmente cierto cuando, como en este caso, el pueblo de este Estado ha adoptado una enmienda constitucional dirigida directamente a impedir que los tribunales excluyan la ‘vida no nacida’ de la protección legal”, señaló el tribunal.
Los votantes de Alabama aprobaron en 2018 una enmienda constitucional estatal que afirma “la santidad de la vida no nacida y los derechos de los niños no nacidos”, mientras que en 2019 el estado promulgó una prohibición casi total de los abortos, que entró en pleno vigor con la revocación del histórico fallo proaborto Roe v. Wade, en 2022.
El fallo de la Corte Suprema de Alabama se produjo después de una demanda presentada por varios padres cuyos embriones congelados habían sido destruidos accidentalmente en una clínica de fertilidad. Los demandantes argumentaron que la eliminación de esas vidas debía ser abarcada bajo la Ley de Muerte Injusta de un Menor del estado.
En la decisión citada por los jueces, se mencionaron, en parte, fragmentos de la Biblia, incluidos pasajes del Génesis, que afirman la santidad de la vida humana, así como comentarios de Santo Tomás de Aquino y Juan Calvino, teólogo promotor de la doctrina protestante conocida como “calvinismo”.
En su fallo, los jueces explicaron que la expresión “menor de edad” tiene el mismo significado tanto en la Ley de Muerte Injusta de un Menor como en el lenguaje cotidiano: se refiere a “un individuo no nacido o recién nacido” de la especie humana, desde la fertilización hasta que alcanza la mayoría de edad.
“Nada en la Ley estrecha esa definición a niños no nacidos que están físicamente en el útero. En cambio, la Ley establece una causa de acción por la muerte de cualquier ‘menor de edad’, sin excepción o limitación”, añade.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.