En la actualidad, muchos votantes tienden a elegir candidatos basándose en una conexión personal o en la simpatía que sienten por ellos, sin detenerse a considerar la formación y el respaldo institucional que estos candidatos tienen. Este fenómeno refleja una falta de entendimiento sobre la importancia de los partidos políticos y su rol fundamental en la estructura democrática.
Los partidos políticos no son meros grupos de apoyo para individuos ambiciosos. Son organizaciones estructuradas que funcionan bajo estatutos y reglas específicas, diseñadas para seleccionar a los mejores perfiles que puedan contender en una elección o dirigir las instituciones. Dentro de un partido político, los candidatos pasan por un proceso de selección que evalúa sus competencias, experiencia y alineación con la doctrina del partido. Este proceso garantiza que los candidatos sean aptos para representar y servir a la sociedad de manera efectiva.
Pertenecer a un partido político ofrece múltiples ventajas tanto para los candidatos como para los votantes. Los partidos proporcionan formación y capacitación continua, preparando a sus miembros para enfrentar los desafíos de la administración pública. Además, al estar bajo la supervisión de una organización, los candidatos tienen menos margen para actuar de manera corrupta o arbitraria, ya que saben que están siendo observados por sus colegas y por la estructura del partido.
Es importante destacar que la doctrina y los valores de un partido político son esenciales para guiar sus acciones y políticas. Al votar, los ciudadanos no solo eligen a una persona, sino también a la visión y los principios del partido que respalda a ese candidato. Este enfoque colectivo fortalece la democracia y asegura que las decisiones políticas se tomen en beneficio del bien común, y no solo de intereses individuales.
La tendencia actual de elegir líderes basándose en afinidades personales puede compararse con seleccionar a un entrenador de fútbol sin considerar los valores y la filosofía del equipo, o aceptar un empleo solo porque te agrada el ambiente, sin tener en cuenta los principios de la empresa. De igual manera, sería como asistir a una parroquia únicamente porque el párroco da buenas misas, olvidando el propósito espiritual y comunitario del lugar.
Para una vida política sana y funcional, es esencial integrarse y participar activamente en los partidos políticos. Esto permite a los ciudadanos conocer de cerca el uso de los recursos, participar en la selección de candidatos y contribuir al crecimiento de la doctrina y los militantes del partido. Sin personas comprometidas dentro de los partidos, estos pierden su capacidad de influir positivamente en la sociedad y se diluye la observación y el control de los militantes sobre los líderes electos.
En resumen, la participación activa en los partidos políticos es crucial para mantener una democracia sólida y efectiva. Al votar, es fundamental considerar no solo a la persona, sino también al partido que la respalda, sus valores y su estructura. Solo así se puede contribuir a una política más ética, transparente y orientada al bien común.