Hay ciudades que brillan. Hay ciudades que luchan. Y hay ciudades que gritan… pero nadie las escucha. Ciudad Juárez hoy no se está desmoronando: la están dejando caer.
Mientras el gobierno municipal vende espejitos de progreso, la realidad de las colonias es otra: calles rotas, servicios colapsados, inseguridad rampante y un desinterés que ya no es solo preocupante, es criminal.
Ecología duerme mientras los motores rugen. Autos contaminantes, ruidosos y mortales circulan sin freno, mientras los inspectores solo levantan la mano… pero para recibir el “moche”. Las leyes ambientales aquí valen menos que el humo que respiramos.
Desarrollo Urbano reparte licencias como si fueran volantes. ¿Verificación? ¿Seguridad? ¿Estudios técnicos? Nada de eso importa. El resultado: muertes en obras mal supervisadas, como la de dos trabajadores que solo hacían su labor.
Protección Civil protege todo, menos a la ciudad. Los incendios en los basureros se han vuelto costumbre. No hay prevención, no hay acción, no hay respuesta. Solo cenizas… y silencio.
Y en la tragedia de la carretera a Casas Grandes, la respuesta fue: “pongamos más topes”.
¿En serio? ¿Eso es todo? ¿Dónde están los patrullajes? ¿Los operativos de alcoholímetro? ¿La vigilancia preventiva?
La muerte de tres miembros de una comunidad cristiana por un accidente vial no fue un acto de Dios… fue un acto de negligencia humana.
Seguridad Vial es hoy una oficina recaudadora. Los agentes no educan, no previenen. Se esconden tras postes, cazan al conductor distraído, lo multan… y si protesta, lo remiten con un juez cívico que ya tiene claro de qué lado está. El ciudadano, mientras tanto, queda indefenso, humillado y harto.
¿Recuerdas la muerte de 40 migrantes en el INM?
La policía municipal tuvo participación directa. ¿Alguien ha sido castigado? ¿Algún mando ha renunciado? La respuesta ya la conoces: impunidad total.
Cada dependencia de esta administración huele a corrupción o a olvido.
El RAMM, muerte de especies en peligro de extinción cuando los deberían de cuidar, pero la encargada no sabe nada de animales.
Asentamientos Humanos: despoja a familias humildes.
Desarrollo Social: entrega frijol podrido.
Obras públicas: construye puentes que ni sirven ni conectan.
Y en lugar de rendir cuentas, el presidente municipal se aferra a proyectos absurdos, mal hechos, mal planeados y carísimos. ¿El objetivo? Salir en la foto.
Y mientras tanto, sueña con ser gobernador. ¿Con qué equipo? ¿Con regidores como Aldrete, cuyo gran mérito es saber desarmar una bicicleta? ¿Con funcionarios sin preparación, sin visión y sin escrúpulos? ¿Con obras que parecen sacadas de un videojuego, como el “puente Mario Kart”?
Juárez no merece esto. Esta ciudad fue hecha por trabajadores, ingenieros, emprendedores, profesionistas y ciudadanos comprometidos. Hoy la gobiernan personas que no saben, no entienden y no les importa.
¿Y nosotros? ¿Vamos a seguir callando? ¿Vamos a seguir votando por color en lugar de por conciencia?
Hay una pregunta que hoy más que nunca debemos hacernos:
¿Quién tiene el valor de defender a Juárez?
No desde una oficina con aire acondicionado, sino desde las calles, los barrios, las escuelas, los mercados.
Desde el ejemplo, no desde el micrófono.
Desde la convicción, no desde la conveniencia.
Juárez grita.
Juárez sangra.
Juárez está harta.
¿La vamos a dejar sola… otra vez?