La embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, ha asegurado que en las relaciones entre países «hay actos que tienen consecuencias, y se tienen que asumir» y que hay «actitudes que no se pueden aceptar», en una referencia no explícita a la decisión de España de prestar atención humanitaria al líder del Frente Polisario.
Las afirmaciones de Benyaich se han producido después de que en las últimas 24 horas más de 6.000 inmigrantes irregulares, la gran mayoría ciudadanos marroquís, hayan traspasado la frontera entre Marruecos y la ciudad autónoma española de Ceuta. Las autoridades alahuís han retirado la vigilancia policial de su lado de la frontera y se han estado produciendo ingresos en territorio español de hasta 500 personas cada hora.
Benyaich ha hecho estas declaraciones a Europa Press antes de ser llamada a consultas de forma urgente por la Ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya. La Embajadora ha calificado de «inusual» la rapidez con la que ha sido convocada por la titular de Exteriores y ha apuntado que no descarta que su Gobierno la llame a consultas en las próximas horas.
La crisis diplomática entre Marruecos y España se inició cuando se hizo público que el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, de 72 años, llevaba una semana ingresado en un hospital español para ser tratado de cáncer y coronavirus. Esta acogida humanitaria no fue comunicada por España y Marruecos mostró su descontento. Ahora, las palabras de la embajadora hacen presumir que la apertura de la frontera podría tratarse de una represalia.
Marruecos mantiene un conflicto latente desde hace décadas con el Frente Polisario, una especie de Gobierno en el exilio de la República Árabe Saharaui Democrática, que reivindica la independencia del Sáhara Occidental, territorio anexionado por Marruecos cuando consiguió la independencia de España en 1975. De hecho, el alto el fuego que mantenían ambas partes desde 1991 se dio por roto el pasado noviembre, cuando comenzaron de nuevo las hostilidades.